La evolución de las nuevas tecnologías ha repercutido sobre el sistema económico, en el que la economía colaborativa, también llamada crowdfunding, ha ganado terreno hasta convertirse en el presente. Pero, ¿en qué consiste ese micromecenazgo? Este método se basa en la financiación de proyectos conjuntos por una red de personas y, en los últimos años, ha aterrizado e incrementado su protagonismo en el mercado inmobiliario. Ya hablamos, por tanto, de crowdfunding inmobiliario, que permite a pequeños inversores financiar la compra de un piso.
La situación del mercado de Real Estate es óptima para la inversión: reducidos tipos de interés, menos exigencias para la concesión de préstamos, precios de vivienda que se estabilizan en niveles bajos o crecimiento de la demanda son las credenciales que definen, por ahora, el sector inmobiliario. Sin embargo, la inseguridad generada por la crisis económica ha provocado que muchos no se atrevan a arriesgar sus activos en una sola vivienda. Por ello, el crowdfunding inmobiliario es una opción muy tentadora, ya que los inversores habituales pueden diversificar sus operaciones, mientras que aquellos que no están acostumbrados tienen la posibilidad de arriesgar una cantidad mínima.
En ese sentido, las personas que inviertan en una residencia o financien un proyecto inmobiliario pueden obtener rentabilidad por el alquiler del inmueble, o bien conseguir el beneficio proporcional que se deriva de la venta. El origen de este sistema se sitúa en el mundo anglosajón y, de hecho, en países como Estados Unidos y Reino Unido, la economía colaborativa en el sector de la vivienda es muy habitual.
Además, los expertos señalan que el crowdfunding inmobiliario en España ya ha despegado. En ese sentido, la Asociación Española de Crowdfunding apunta que el micromecenazgo en este país captó entre 90 y 120 millones de euros en 2015 y estima que esa cantidad ascienda a 250 millones en 2016, de los cuales un 15%, aproximadamente 37 millones, se atribuirán al crowdfunding inmobiliario. Las cifras son alentadoras, pero todavía comedidas si se entiende que el mercado de la vivienda mueve 14.000 millones de euros anuales en España.
Crowdfunding inmobiliario en España: casos prácticos
Ya lo hemos adelantado antes: la economía colaborativa en Real Estate en España gana terreno a pasos agigantados. No es de extrañar, por tanto, encontrarnos con plataformas en Internet que ponen en contacto a inversores interesados en vivienda. ¿De qué plataformas estamos hablando?
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Housers. Dos emprendedores crearon este portal, el primero especializado en crowdfunding inmobiliario en España. Esta plataforma permite que casi cualquier persona se convierta en inversor, ya que tan sólo requiere 100 euros de inversión mínima. Sin embargo, la cantidad máxima tiene ciertos límites para aquellos inversores no acreditados, pues la ley establece un tope de 3.000 euros por proyecto y de 10.000 en un periodo de 12 meses. Asimismo, los inversores se convierten en propietarios certificados por un notario y reciben ingresos mensuales por el alquiler o el beneficio que les corresponda por la venta de la vivienda. Housers no tiene ni siquiera un año de vida, pero ya cuenta con más de 3.000 usuarios y de 1.500 inversores acreditados.
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Inveslar. Es una plataforma de inversión inmobiliaria online que cuenta con un equipo de profesionales expertos en el sector del inmueble. Estos se encargan de hacer un análisis exhaustivo para elaborar un estudio de viabilidad de cada operación y establecer su rentabilidad. El objetivo de este portal, por consiguiente, persigue minimizar el riesgo y sacar el máximo rendimiento de la vivienda. Los pisos, generalmente, son de primeras calidades y se encuentran ubicados en las zonas privilegiadas de las ciudades o municipios.
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InvesReal. Este portal también apuesta por captar pequeños inversores, ya que la inversión mínima es de 500 euros y, además, ofrece rentabilidades de entre un 4 y un 15%. Para lograr esta última, sus expertos explican que el riesgo es moderadamente más elevado.
La regulación del crowdfunding
La Ley 5/2015 de Fomento de Financiación Empresarial es la encargada de regular la economía colaborativa en España y, en consecuencia, también el crowdfunding inmobiliario. Según la normativa legal vigente, las plataformas dedicadas a esta actividad han de solicitar autorización ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un registro que es público. Asimismo, los servicios que pueden prestar estas empresas se centran en:
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Recepción, selección y publicación de proyectos.
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Desarrollo, establecimiento y explotación de canales de comunicación para contactar con los inversores.
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Servicios auxiliares.
En cuanto a la protección del inversor, la ley impulsa medidas como límites en el número de proyectos publicados por la plataforma y en su volumen, distinción entre inversores acreditados y no acreditados u obligación de informar suficientemente a los inversores, entre otros requerimientos.
La inversión inmobiliaria es ahora más fácil gracias a la puesta en marcha de plataformas de financiación colectiva que posibilitan a casi cualquier ciudadano convertirse en un inversor inmobiliario para obtener rentabilidad por alquiler y venta sin necesidad de correr grandes riesgos. Y tú, ¿a qué esperas para probarlo?