Ya has encontrado la casa de tus sueños y has apalabrado con el propietario o la inmobiliaria la compra del inmueble. Bien, ahora llega la peor parte: hablar con el banco. Las entidades bancarias son las que te deben facilitar el crédito para poder hacer efectiva la adquisición, es así como entran en escena las temidas hipotecas. Aunque en los últimos años la situación de estos productos financieros ha cambiado bastante debido, entre otras causas, a la caída del Euribor y la invalidez legal de políticas como ‘la cláusula suelo’, todavía hay que andarse con pies de plomo a la hora de firmar una hipoteca.
Los tipos de interés, los seguros de vida, la tasación, las cuotas… Son términos que si no conoces, deberías empezar a hacerlo, porque los vas a escuchar mucho en los próximos meses (y años). Directamente relacionados con ellos, se encuentran estas 8 consideraciones que da ADICAE (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España) y que hay que tener en cuenta antes de firmar una hipoteca y comprometerse con un banco a largo plazo:
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Compara entre distintos bancos: Antes de vincularte a una entidad, vale la pena consultar en varias cajas cuáles son sus condiciones para conceder una hipoteca. Con toda la información en tu haber podrás comparar y decidir cuál ofrece las mejores condiciones o se adapta mejor a tus particularidades. Algunos de los aspectos que debes valorar bien son los avales que exigen, las facilidades de pago o las concesiones por retraso. Poseer todos estos conocimientos también te valdrá para poder negociar con el banco que elijas finalmente.
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Negocia la hipoteca: Ya lo avanzábamos en el punto anterior, aunque hayas escogido una entidad bancaria, eso no quiere decir que tengas que acatar las condiciones que ellos te imponen. Se puede negociar, es más, se debe negociar. Con esto nos referimos a los productos que las financieras incluyen dentro de la contratación de la hipoteca, como los seguros o las tarjetas de crédito. Busca el más útil y el que menor coste anual te reporte.
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No pidas el 100% del coste de la vivienda: Aunque en la actualidad la mayoría de bancos son reacios a financiar el 100% del inmueble, si tienes unas condiciones ventajosas es posible que te lo concedan. Aún así, no es conveniente que lo aceptes. Es preferible tener ahorrado, al menos, un 20% del precio para tener menor carga hipotecaria y endeudarte menos con el banco. Con ello, irás más desahogado y podrás seguir ahorrando para adelantar plazos posteriormente.
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Estudia las diferentes cuotas: Muchas personas a punto de contratar una hipoteca tan sólo se fijan en lo que van a tener que pagar mensualmente, sin prestar atención a otros cargos derivados del producto. Es importante que analices importes como el tipo de interés base, el diferencial, los atenuantes, etc. También hay que tener especial cuidado con la cuota creciente que supone un aumento anual que a la larga puede generar un desembolso importante.
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Fija un plazo lógico: A la hora de firmar una hipoteca, los bancos suelen dar diferentes plazos de tiempo. No conviene fijarla a diez años e ir ahogado, pero tampoco a 40, ya que es mucho tiempo y no puedes saber en qué situación te encontrarás. Los plazos más habituales son los que oscilan entre los 20 y los 30 años, con la condición de poder adelantar dinero cada cierto tiempo para acortarlos.
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Ten cuidado con el Euribor: Este índice referencial es en el que se basan los bancos para establecer sus intereses. En la actualidad se encuentra muy bajo, lo que es beneficioso para los hipotecados, pero en algún momento tiene que subir. Así que es conveniente que te plantees previamente si te conviene fijar la hipoteca a un plazo fijo (siempre pagarás lo mismo) o a uno variable (se revisarán las condiciones cada cierto tiempo).
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Analiza la letra pequeña: Cuando tengas el contrato definitivo de la hipoteca es aconsejable que recurras a un abogado o a un experto en la materia, como tu agencia inmobiliaria, para que te ayude a inspeccionar todos los puntos del contrato. En ocasiones, los bancos camuflan cláusulas desmedidas en la letra pequeña del documento. El caso más reciente es el de las cláusulas suelo que fueron declaradas abusivas por el Tribunal Supremo.
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Intenta tener siempre algo de dinero ahorrado: Es muy arriesgado invertir todo tu dinero para costear la hipoteca. Intenta tener al menos un 10% del valor de la vivienda ahorrado, con ello te aseguras poseer un colchón de dinero para imprevistos que seguro que surgen a lo largo de los años. Muchos expertos afirman que la hipoteca no debe suponer más de un 30% de tus ingresos mensuales, de esta forma se puede hacer frente al resto de gastos e, incluso, se puede ahorrar un poco.