‘Antes que el sueño (o el terror) tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, siempre mar, ya estaba y era’. Así homenajeaba el gran José Luis Borges en su poema ‘El mar’ a los vastos océanos que rodean la superficie terrestre y que, por alguna extraña razón, siempre han atraído tanto a las personas. Desde turísticas localidades costeras a pequeños pueblos de origen marinero, quien más quien menos ha destinado alguno de sus veranos a conocer una zona de litoral. Por ello, hoy recopilamos los pueblos pesqueros más bonitos de España para que aciertes en tus próximas vacaciones.
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Cadaqués (Girona).
Conocido por ser el lugar de residencia del genio Salvador Dalí, Cadaqués ha sido protagonista de numerosas obras del pintor. Este pueblo es el punto más oriental de la Península y, por lo tanto, el primer lugar de España en el que sale el sol. Por ello, ver amanecer desde alguno de los balcones de las blancas casas de esta localidad no tiene precio. La belleza de Cadaqués es mundialmente famosa, además de por su arquitectura, por la playa en forma de medialuna que alberga multitud de embarcaciones que se dedican a faenar las cristalinas aguas que rodean este municipio.
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Cudillero (Asturias).
Ubicado en la ladera de un monte, Cudillero es una explosión de color frente al verde de las montañas asturianas que rodean el pueblo. Casas azules, amarillas, rojas y de muchos otros colores se apiñan en pendiente y terminan en un pequeño puerto pesquero que por las tardes se llena de tenderetes con el mejor pescado fresco recolectado por los marineros. Disfrutar de unas sardinas a la plancha y un vaso de sidra en una de las terrazas junto al muelle es un auténtico placer, y después nada mejor que dar un paseo por el entramado de calles que tejen este municipio declarado Conjunto Histórico Artístico.
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Binibeca (Menorca).
El impoluto blanco de las viviendas de Binibeca contrasta de una manera excepcional con el turquesa de las aguas que rodean Menorca. Este pueblo pesquero se encuentra en uno de los enclaves más privilegiados de la isla, pues muy cerca de allí está Cales Coves. Este conjunto de cuevas albergó habitantes en el pasado y la más famosa de ellas, la Cova d’en Xoroi, es hoy un punto de referencia desde el que ver los mejores atardeceres de Menorca. Otro atractivo de Binibeca son las numerosas tiendecitas de artículos artesanales que se encuentran en sus calles y que hacen las delicias de residentes y turistas.
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Combarro (Galicia).
Como si por allí no hubiera pasado el tiempo, Combarro se muestra como un pueblo típico del siglo XVIII. Declarado Monumento Nacional por su peculiaridad, este municipio de las Rías Baixas conserva las casas de piedra, las estrechas callejuelas y los hórreos (graneros de maíz) para mayor encanto. En Combarro también se puede experimentar la magia de las subidas y bajadas del nivel del mar que, durante unas horas al día, dejan al descubierto una pequeña playa con barcos varados por la bajada de la marea. Importante no marcharse de allí sin disfrutar de una bandeja de marisco fresco y una botella del mejor albariño.
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Caños de Meca (Cádiz).
Kilómetros y kilómetros de arena salpicada por pequeñas dunas es lo que cualquier visitante se encuentra al llegar a esta coqueta pedanía de Barbate. Despoblada hasta el siglo XIX, Caños de Meca se ha convertido en una localidad muy bien conservada que mantiene ese aire tradicional. El faro de Trafalgar otea el horizonte de esta aldea que en época estival se llena de amantes de deportes náuticos como el kitesurf o el windsurf. Como curiosidad, Caños de Meca fue un refugio hippy en la década de los setenta, lo que dio a conocer este municipio a nivel internacional.
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San Vicente de la Barquera (Cantabria).
El pasado medieval de San Vicente de la Barquera es algo se percibe nada más poner un pie en el pueblo. Desde el puente de la Maza hasta el centro histórico de la localidad desprenden ese áurea que confirma que sus calles han visto y pasado por mucho. La Muralla e Iglesia de Santa Maria de los Ángeles, así como el castillo del rey de San Vicente de la Barquera son algunos de los vestigios que quedan de ese pasado glorioso. Pero en la localidad Cántabra también llama la atención su increíble puerto pesquero, desde el cual se pueden ver a lo lejos los Picos de Europa.
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Calpe (Alicante).
De origen marinero, al igual que el resto de localidades que aparecen en este listado, Calpe sigue manteniendo su puerto pesquero y la lonja donde por las tardes se subasta el pescado. Pese a haberse convertido en una de las localidades más turísticas de la Costa Blanca, sólo hace falta recorrer el paseo marítimo para darse cuenta de que no ha perdido ni un ápice de su historia y ahí está el majestuoso Peñón de Ifach para corroborarlo. El centro histórico de Calpe mantiene la esencia de esos pueblos de costa con calles estrechas y empinadas que despiertan las ganas de tener un apartamento cerca de allí.